Cada año más de 50,000 guatemaltecos son deportados a su país provenientes de Estados Unidos. Vinieron huyendo de la violencia y la falta de oportunidades, y más de la mitad son menores de edad y regresan a hogares donde no hay acceso a inodoros, solamente a letrinas y fosas sépticas. Pero hay quienes están trabajando para que esta situación cambie y los guatemaltecos no tengan que salir.
Hoy vamos a hablar con Lheslye Perez, una activista que trabaja para generar cambios en las comunidades menos favorecidas del norte de Guatemala, y con Elio Escalante, un joven guatemalteco que intentó probar suerte fuera de su país y al regresar a Guatemala encontró razón para quedarse desarrollando técnicas innovadoras para sembrar.