Se repite la pesadilla, esta vez en la pequeña ciudad de Uvalde, Texas, ubicada a apenas 60 millas de la frontera entre México y Estados Unidos y a unas 52 millas al oeste de San Antonio. Más de una decena de niños y un maestro murieron víctimas de un tiroteo en el Robb Elementary School. La escuela primaria, un edificio de ladrillo cerca del centro de la ciudad de unos 15.200 habitantes, atiende a más de 500 alumnos, la mayoría de ellos de entre 7 y 10 años, estudiantes de segundo a cuarto grado. El pistolero tenía 18 años.
El tiroteo más mortífero en una escuela K-12 fue en 2012 en Newtown, Connecticut, cuando murieron 20 alumnos de primer grado y seis adultos en la Sandy Hook Elementary. La más reciente cifra de muertos convierte a la masacre de Uvalde, Texas, en el segundo tiroteo escolar más mortífero en una escuela de este tipo, según Everytown for Gun Safety. Y supera al tiroteo en Parkland, Florida, cuando murieron 17 personas en 2018.
Hoy hablaremos con Eugenio Weigend, director de Gun Violence Prevention at American Progress, quien ha llevado a cabo investigaciones sobre la prevención del tráfico de armas y la violencia armada. Weigend también ha publicado numerosos informes y resúmenes temáticos en los que aboga por medidas que refuercen las leyes sobre armas en Estados Unidos.
Con él, trataremos de responder por qué cada vez son más frecuentes estos tiroteos masivos, qué los está motivando y qué frena los cambios en la legislación que pudiera detenerlos.